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Marsha Linehan
Marsha Linehan (5 de mayo de 1943) es una psicóloga estadounidense, conocida por su formulación Terapia Conductual Dialéctica (DBT, por sus siglas en inglés).
Desarrollada en sus inicios para el tratamiento del trastorno de la personalidad de tipo límite, la terapia conductual dialéctica de Linehan ha sido adaptada para el tratamiento de la depresión, ansiedad, ira e impulsividad, toxicomanías y trastornos de la conducta alimentaria y también comportamiento suicida.
La DBT combina elementos de la teoría conductista, terapia cognitivo-conductual y prácticas orientales de meditación zen. De acuerdo a Linehan, la terapia dialéctica conductual actúa ayudando a la gente a superar la tendencia a oscilar entre los extremos de tres ejes: la oscilación entre vulnerabilidad emocional y auto-invalidación, entre pasividad activa e competencia aparente, y entre la crisis implacable y el bloqueo del duelo.
Linehan nació en Tulsa, Oklahoma. Fue la tercera de seis hermanos. Le diagnosticaron esquizofrenia en el Institute of Living en Hartford, Connecticut, donde estuvo internada. Linehan fue sometida a terapia electroconvulsiva, reclusión hospitalaria, y tratada con clorpromazina y clordiazepóxido (Linehan, 2011). De acuerdo a Linehan (2011) los síntomas que experimentó entonces son similares a los criterios de diagnóstico actuales para el trastorno límite de la personalidad.
En 1968 obtuvo su licenciatura de psicología en la Universidad Loyola de Chicago. En esa misma universidad obtuvo su maestría en 1970 y un doctorado en psicología social y experimental de la personalidad en 1971.
Mientras estuvo en la Universidad Loyola, Linehan fue profesora del programa de psicología. Luego comenzó su residencia posdoctoral en la Sociedad para la Prevención del Suicidio y Crisis en Buffalo, Nueva York, entre los años 1971-1972. Posteriormente retornó a su alma mater, la Universidad Loyola en 1973 y ejerció como profesora adjunta en la universidad hasta 1975. Durante este mismo período Linehan también ejerció como profesora ayudante de Psicología en la Universidad Católica de América, de 1973 a 1977. En 1977, Linehan aceptó un puesto en el departamento de ciencias.
Linehan ha ganado varias distinciones por su trabajo. Ha sido reconocida por su investigación y labor clínica sobre las ciencias de la conducta, incluyendo el premio Louis I. Dublin por los logros en el campo del suicidio, en 1999, el premio al docente destacado en Educación para la Salud mental del New England Educational Institute en 2004, y el premio a los logros profesionales de la Asociación Psicológica Americana en 2005.
Terapia Conductual Dialéctica
La terapia conductual dialéctica (DBT por sus siglas en inglés) para el trastorno de la personalidad de tipo límite, combina psicoterapia individual con el entrenamiento de habilidades en formato grupal. Entre sus metas, se busca ayudar a que las personas logren un equilibrio entre los procesos racionales y emotivos, evitando tanto el extremo de la supresión de emociones como el “secuestro emocional”, el estado en donde la persona puede experimentar pérdida de la evaluación de la propia conducta debido al alto nivel emotivo. La perspectiva dialéctica subyacente, puede resumirse en tres puntos (Linehan, 1993ab):
- Las conductas deben entenderse como parte de un ambiente complejo, no de manera individual. Esto significa que aprender una habilidad implica aprender otras para poder influir en el ambiente.
- Las personas que reciben el diagnóstico de TLP pueden experimentarse atrapadas en polaridades y tener dificultades para conseguir la síntesis de ellas.
- La naturaleza fundamental de la realidad es el cambio, la persona y el ambiente realizan una transacción continua, en la que la terapia debería enfocarse a colaborar con el paciente para estar cómodo con el cambio.
En un formato estructurado, la DBT incluye cuatro módulos de habilidades (por supuesto, orientadas a las necesidades específicas de los pacientes): habilidades básicas de conciencia, habilidades de efectividad interpersonal, habilidades de regulación de las emociones y habilidades de tolerancia al malestar. La estimación es que cada uno de estos módulos requiere ocho sesiones de entrenamiento:
- Habilidades de conciencia. La conciencia plena o mindfulness es uno de los pilares de este enfoque. Los ejercicios ayudan a que el paciente se concentre, lleve su atención, al “aquí y ahora”. Los ejercicios invitan a atender al “qué” se observa, describirlo, etcétera. Y las competencias sobre el “cómo” podrían incluir una actitud de no - juicio, hacer las cosas una a una y de forma eficaz, etcétera.
- Habilidades de eficacia interpersonal. Ser eficaz, en este enfoque, es conseguir los objetivos en una relación y hacerlo de forma asertiva, sin transgredir el propio respeto o la integridad de otras personas. Esto implica analizar situaciones interpersonales e identificar cuáles eran las intenciones, y de qué maneras se pueden lograr estos objetivos. El análisis incluye revisar formas de mejorar la efectividad, en un sentido crítico y constructivo. Por último, se entrenan habilidades específicas, idealmente por medio de entrenamientos guiados o role playing (tanto de las situaciones reales, como de situaciones imaginarias enfocadas en habilitar un mejor desenvolvimiento en el contexto específico del paciente).
- Habilidades de tolerancia al malestar. Las habilidades de supervivencia a las crisis incluyen formas de tolerar y no aumentar el sufrimiento. Pueden suponer habilidades como distraerse, mejorar el momento, proveerse de estímulos agradables, etcétera. Las técnicas de aceptación implican encontrar sentido al malestar emocional. Uno de los elementos mencionados por Linehan es la aceptación radical, un medio de liberarse del sufrimiento que requiere de la renuncia a la “lucha contra la realidad”.
- Habilidades de regulación emocional. Con el propósito de reducir la vulnerabilidad frente a un estado emocional, se ejercitan métodos para identificar y dar nombre a las emociones, la búsqueda de obstáculos en el cambio de emociones y de la aplicación de competencias para la tolerancia de la angustia. Se intenta que la persona reconozca la función de las emociones en el entorno. El otro componente es el de encontrar formas de aumentar los acontecimientos emocionalmente positivos a través de una vida saludable (por ejemplo, el cambio respecto al cuidado personal, sueño, uso de drogas, etcétera) y la participación en actividades que aumentan la confianza en uno mismo. Uno de los entrenamientos en este sentido está orientado a realizar lo “opuesto a la emoción” (por ejemplo, si mi sentido de frustración me orienta a salir a caminar en solitario y enfocarme más en el problema, podría probar la alternativa de hacer lo opuesto, buscar compañía, conversar de otras cosas).
Referencias
- Linehan, M. (2011). Expert on Mental Illness Reveals Her Own Fight. The New York Times. 23 June.
- Rudd, M., Trotter, D. and Williams, B. (2009). Psychological theories of suicidal behavior. In Wasserman, D. and Wasserman, C. (Eds.), Oxford textbook of suicidology and suicide prevention (159-164). New York: Oxford University Press.
- Linehan, M. (1993a). Cognitive Behavioral Treatment of Borderline Personality Disorder. New York: The Guilford Press.
- Linehan, M. (1993b). Skills Training Manual for Treating Borderline Personality Disorder. New York. The Guilford Press.