Caracterización de instancias ontológicas

Es importante recordar que la mayoría de nuestras aplicaciones conceptuales son tácitas o implican un actuar pre - reflexivo, actuamos “subjetivamente”, apropiados en el tiempo presente de nuestra experiencia sin utilizar mayor introspección (Shaw y Bransford, 1977; Newwll, 1991; Froufe, 1997; Collins, 2010; Wilson y Foglia, 2016). Al mismo tiempo, y de manera estrechamente relacionada con el desenvolvimiento y coordinaciones interpersonales, la experiencia puede cobrar un matiz reflexivo, “objetivo”, en donde el mismo conocedor puede observar y articular su propia experiencia en referencia a otros aspectos o distinciones de su ser. Considerando estos dos dominios de experiencia (aplicaciones conceptuales tácitas y explícitas) el terapeuta realiza un ejercicio de caracterización referencial en el estudio del problema terapéutico. Desde nuestra perspectiva, la ontología es referencial: las personas referimos, ponemos en relación, cada aplicación conceptual para la construcción subjetiva de “objetos” o “cosas”. Una deconstrucción de cada una de estas referencias tendrá el límite en la definición de tres categorías, clases o instancias de referencia irreductibles entre sí. En otras palabras, para que una aplicación conceptual adquiera significado, en esta cultura, requiere que sea referido de alguna manera a una instancia de autoimagen, a una instancia de alteridad y a una instancia de corporalidad-mundo. Esta referencia triádica es simultánea, y es precisamente desde aquí que surge la denominación “narrativa” en este enfoque: el significado surge de una aplicación conceptual (distinción) que es puesta en una referencia particular hacia tres instancias (un sentido de autoimagen, de alteridad y de corporalidad-mundo). En una metáfora narrativa, el significado es construido a través de la integración entre estas tres instancias (Díaz, 2018):

  • Autoimagen. Esta instancia de referencia incluye el autoconcepto, en sus dimensiones retrospectivas y prospectivas (Moore y Barresi, 2013). Los cambios gnoseológicos referidos a esta instancia, permiten configurar cambios ontológicos caracterizados por una visión de sí mismo aumentada y “productiva” por sobre lo usual, construyendo una autoimagen en extremo elaborada y creativa, puesta en escenarios futuros o pasados, con cambios en el timing narrativo, etc. También es posible cambios hacia un sentido de auto representación disminuido, en el que la presencia subjetiva aparece sometida, anulada, respecto a las construcciones referidas a otras clases de referencia. La persona puede construir representaciones sobre sí mismo del tipo “rasgos” o predicciones estables del propio comportamiento, configurando la identificación de roles, comportamientos prescritos socialmente, etc., o también puede realizar referencias hacia un sentido de autoimagen desdibujado e impredecible, extraño o difuso. Las construcciones de autoimagen pueden ser configuradas con un sentido intencional, alto en agencia y control, respondiendo a un sentido temático - vital, o pueden ser configuradas por visiones “caóticas”, una visión de sí mismo como “loco” o con fallas.
  • Corporalidad-mundo. Las aplicaciones conceptuales son referidas no sólo en términos de autoconcepto, sino conformando el cuerpo y el mundo subjetivo que lo sostienen. Un sueño, por ejemplo, tiene una referencia específica en términos del propio cuerpo y el mundo (no de forma independiente, sino construyendo corporalidad y mundo). Al observar las variaciones de las aplicaciones conceptuales asociadas al problema terapéutico, en esta instancia de referencia, el terapeuta y el paciente pueden notar que aspectos del cuerpo y el mundo aparecen restringidos, o cambian de forma, se concentran o maximizan algunos elementos, el cuerpo puede volverse difuso o definir con gran cantidad de demarcaciones algunos elementos. El cuerpo y el mundo subjetivo pueden cambiar desde un sentido de familiaridad hacia construcciones confusas, sorprendentes, desordenadas e impredecibles.
  • Alteridad. Junto con las dos instancias descritas anteriormente, esta clase de referencias incluye al “quién es el otro” que permite dar significado a cada aplicación conceptual. Al igual que las otras instancias de referencia, no representa un “conjunto de objetos”, estáticos, sino una instancia en donde las referencias son dinámicas. En otras palabras, el otro subjetivo nunca es el mismo, se construye refiriendo aplicaciones conceptuales en términos de un proceso constante. Incluirá además la referencia de aplicaciones concretas (conceptos físicos como rostro, tamaño, aromas, etc.) o abstractas, la construcción agregativa de audiencias o testigos sociales, la mente del otro sobrepasada en sus límites y “vista” por el paciente en sus pensamientos privados, o experiencias de ausencia o aislamiento subjetivo, simplificación extrema del otro, entre otras posibilidades. 

En la formulación de caso constructivista narrativo (Díaz, 2020) las dificultades de integración entre estas instancias se denominan “detenciones”. En el libro “experiencia suicida: comprensión narrativo constructivista”, se detallan algunas de estas detenciones y la forma en que la literatura e investigación científica las aborda. El lector puede utilizar la noción de detención como un heurístico para comprender la propensión a la construcción de amenaza y las consecuentes respuestas de estrés que forman parte de la experiencia suicida.

Referencias

  • Collins, H.(2010). Tacit and Explicit Knowledge. The University of Chicago Press
  • Díaz Olguín, R. (2018). Un método de intervención narrativo constructivista en clínica de alta complejidad. Tomado de https://cipra.cl/documentos/MetodoIntervencionNarrativoConstructivista-RodrigoDiazOlguin.pdf
  • Díaz Olguín, R. (2020). Formulación de caso clínico en psicoterapia narrativa constructivista. Tomado de https://cipra.cl/documentos/FormulacionDeCaso-RodrigoDiazOlguin.pdf
  • Froufe, M. (1997). Inconsciente cognitivo: La cara oculta de la mente. Madrid: Biblioteca Nueva.
  • Moore, C. y Barresi, J. (2013) Imagination and the Self. En M. Taylor (Ed.), The Oxford Handbook of the Development of Imagination (288-302). Oxford: Oxford University Press
  • Newell, (1991). Unified theories of cognition. Cambridge MA: Cambridge University Press.
  • Shaw, R., & Bransford, J. (Eds.). (1977). Perceiving, acting, and knowing: Toward an ecological psychology. Lawrence Erlbaum
  • Wilson, R. & Foglia, L. (2016) Embodied Cognition. En: Edward N. Zalta (ed.), The Stanford Encyclopedia of Philosophy, Metaphysics Research Lab, Stanford University, Stanford
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