David Émile Durkheim fue un sociólogo francés. Estableció formalmente la disciplina académica de la sociología. Gran parte del trabajo de Durkheim se centró en cómo las sociedades pueden mantener su coherencia en la modernidad, en que la dinámica se ha acelerado con la introducción de nuevos mecanismos de comunicación y nuevas instituciones. Durkheim utilizó herramientas como estadísticas, encuestas y la observación histórica en su análisis de los suicidios en grupos católicos y protestantes. Su primera obra importante fue De la division du travail social (1893; La división del trabajo en la sociedad ), seguida en 1895 por Les Règles de la méthode sociologique (Las reglas del método sociológico), el mismo año en que Durkheim se convirtió en el primer profesor de sociología de Francia.
Uno de sus trabajos más conocidos, Le Suicide, fue publicado en 1897. Esta monografía, que trata respecto a las tasas de suicidio en poblaciones católicas y protestantes, permitió claramente distinguir entre la sociología, la psicología y la filosofía política. Al año siguiente, en 1898, fundó la revista L'Année Sociologique.
Siguió siendo una influencia importante en la vida intelectual francesa hasta su muerte en 1917, presentando numerosas conferencias y publicado trabajos sobre una variedad de temas, incluida la sociología del conocimiento, la moralidad, la estratificación social, la religión, el derecho, la educación y la desviación. Algunos términos que él acuñó, como “conciencia colectiva”, aún son utilizados.
El suicidio, un estudio de sociología es un libro de 1897 escrito por el sociólogo francés Émile Durkheim. Fue el primer estudio metodológico de un hecho social situado en un contexto específico. Fue además un ejercicio de cómo debía ser una monografía sociológica.
Según Durkheim, el término suicidio se aplica a todos los casos de muerte resultantes directa o indirectamente de un acto positivo o negativo de la propia víctima, que sabe que producirá este resultado. Entre otras propuestas, Durkheim relaciona el aumento de las tasas de suicidio con el concepto de anomia, es decir, con el grado de aislamiento del individuo respecto a las normas sociales, debido a la falta de congruencia o al nivel de desorganización social (Durkheim, 1897):
“La anomia es, en nuestras sociedades modernas, un factor que afecta regular y específicamente a los suicidios; (…) Difiere de los otros en que depende no de cómo estén ligados los individuos a la sociedad, sino del modo en que esta los reglamenta. El suicidio egoísta se comete porque los hombres no ven la razón de vivir; el suicidio altruista, porque ven la razón de vivir fuera de la vida misma; la tercera clase de suicidio, cuya existencia acabamos de comprobar, surge porque la actividad social está desorganizada, lo que genera mucho sufrimiento. Atendiendo a su origen, daremos a este último tipo el nombre de suicidio anómico”
Como se menciona en este apartado, Durkheim propone cuatro tipos de suicidio, que se basan en los grados de desequilibrio de dos fuerzas sociales: la integración social y la regulación moral:
Además del reconocimiento de los aportes fundamentales a la sociología, el trabajo sobre el suicidio no estuvo exento de críticas. Una de las más acusadas es la inferencia que relaciona estadísticas contextuales con un comportamiento individual como el suicidio, sustentado en hipótesis ambiguas y contradictorias (Berk, 2006). Algunos elementos de la teoría han encontrado apoyo, mientras otros no (Lester, 1989). El sociólogo norteamericano Jack D. Douglas (1967) critica a Durkheim por aceptar la confiabilidad y validez de las estadísticas oficiales que usó como parte de su investigación, y además plantea que el enfoque de Durkheim de clasificar el suicidio en tipos puede tener poco o nada que ver con los significados que las víctimas dan a sus acciones.