Articulación y diferenciación


“El pensamiento psicológico articula y diferencia a partir de un nexo general. La vida psíquica se concebirá como un nexo de funciones que conectan las partes constituyentes, que a su vez consta de sistemas específicos, cada uno de los cuales que presenta nuevas tareas para la psicología” (Dilthey, 1895/2010, 148).

Junto con las dimensiones de abstracción - concreción y de centralidad - periferia, otros dos criterios que pueden utilizarse para caracterizar inicialmente las aplicaciones conceptuales utilizadas en el foco terapéutico es el grado de articulación y diferenciación.
Una alta articulación significa que una aplicación co-varía con otras, se muestran “ligadas”. Una baja articulación implica que las articulaciones no parecen conectadas, no en términos de causalidad, sino en términos de frecuencia o correlación.
Muy relacionado con este criterio de caracterización organizacional, una alta diferenciación implica que las aplicaciones conceptuales muestran componentes distintivos, separados unos de los otros. El caso contrario implica un funcionamiento difuso, o una respuesta global (ver el trabajo de Kingsland & Greene, 1984 respecto a la caracterización del funcionamiento depresivo, por ejemplo).
El esquema presentado arriba muestra cuatro escenarios en términos de esta forma de caracterizar:


Para seguir estudiando estos temas, que son parte de un área de la psicología y psicología cognitivo - social denominada “teorías de consistencia” (una definición amplia que puede incluir desde Fritz Heider (1958), León Festinger (1957), Osgood y Tannenbaum (1955), y el trabajo más actual de Anthony Greengwald).
Además de estos autores, el lector puede revisar el trabajo clásico de Witkin (1965) y de Harvey, Hunt y Schroder (1961), junto con los artículos más actuales de Donahue et.al, (1993); Diehl, Hastings & Stanton (2001); Bigler, Neimeyer & Brown (2001); y Diehl & Hay (2007).

Referencias